La revolución digital ha cambiado la forma de comunicarnos. La conducta de los públicos destinatarios no es la misma de hace unos años, generando profundos cambios en las organizaciones y obligándolas a adaptarse raudamente a las modificaciones que se suceden en materia de comunicación a diario y desafiándolas a generar una relación interactiva y constante con públicos cada vez más demandantes.
Los profesionales vinculados a la comunicación y a las relaciones públicas están profundamente involucrados en este proceso de cambio. Todo el bagaje técnico y las capacidades aprendidas hasta el momento han tenido que ser readaptadas a estas nuevas formas de interrelación entre las organizaciones y sus públicos.
La construcción, administración y mantenimiento de la imagen positiva de una organización a partir de la gestión de la comunicación entre esta y sus públicos (eje de toda política de relaciones públicas de una organización) se encuentra en un proceso de reconfiguración constante, acorde a las diferentes demandas de los públicos destinatarios.
Un sujeto pasivo en términos de comunicación ha dado paso a un sujeto activo que en muchos casos genera su propia comunicación. Este sujeto ya no se conforma con la adquisición de determinados productos o servicios que se les ofrecen sino que va más allá, observando el trasfondo de cada empresa, sus enfoques y puntos de vista, para luego dar su opinión sobre la misma, exponenciándola a través de las nuevas tecnologías que tiene a su alcance.
La importancia de que la organización y sus integrantes tengan pleno conocimiento de la cultura organizacional y la manera en que ésta se da a conocer pasa a ser un requisito fundamental para sostener la imagen de aquella ante sus públicos, sean estos presentes o potenciales.
Fuente: Revista Dircom
Estudiante Lic. Relaciones Públicas
saraviaeugenia@hotmail.es
Rosario – Santa Fe – Argentina
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